La transformación digital, las tecnologías emergentes y la aparición continua de nuevos productos digitales exigen que estemos preparados para adaptarnos y aprender de manera rápida y eficiente. Pero, ¿cómo podemos lograrlo?
¿Qué es la agilidad de aprendizaje?
La Real Academia Española describe ‘ágil’ como «aquel que se mueve con soltura y rapidez», mientras que define ‘aprendizaje’ como «la adquisición por la práctica de una conducta duradera».
Combinando estos conceptos, la agilidad de aprendizaje se entiende como la capacidad de adquirir rápidamente otras competencias o conocimientos y adaptarse a situaciones cambiantes. Este concepto se volvió esencial en un mundo donde el cambio es la única constante.
La Importancia de incorporar una mentalidad ágil
El desarrollo de una mentalidad ágil no es solo una respuesta a la necesidad de adaptarse, sino también una forma de potenciar nuestra capacidad para enfrentar la incertidumbre. Aprender se convierte en un catalizador para el el progreso, en nuestra vida laboral y personal. En lugar de ver el saber como una obligación, deberíamos verlo como una oportunidad para crecer y mejorar continuamente.
Hoy en día, el acceso a contenido educativo de alta calidad está al alcance de nuestras manos. Con solo un teléfono móvil, podemos acceder a cursos en línea, tutoriales, y recursos que nos permiten adquirir habilidades sin necesidad de inscribirnos en instituciones formales. La clave está en tomar la decisión de capacitarse y mantenerse relevante.
¿Puedo aprender a aprender?
Si. Según un estudio de McKinsey, entre el 3 y el 14 % de la fuerza laboral mundial deberá cambiar de ocupación para 2030 debido a la automatización y la digitalización. Lejos de ver esto como una amenaza, sino una oportunidad para convertirnos en aprendices constantes y líderes de nuestro propio desarrollo.
El concepto de «lifelong learning» nos invita a adquirir conocimientos continuamente, más allá de la educación formal. Esto incluye no solo aspectos técnicos, sino también habilidades como la cocina o el deporte, demostrando que el proceso formativo es horizontal y sin límites.
Learning Agility
El concepto de «learning agility», desarrollado por Lombardo y Eichinger, se centra en la capacidad de aprender de la experiencia y aplicarlo en situaciones novedosas. Korn Ferry, una consultora internacional, identifica cinco factores clave para evaluar el potencial de agilidad en el aprendizaje:
-Autoconciencia: reconocer nuestras fortalezas y debilidades para mejorar.
-Agilidad mental: analizar y encontrar patrones novedosos entre distintas fuentes de información.
-Agilidad interpersonal: comprender las fortalezas y limitaciones de los demás y colaborar efectivamente.
-Agilidad para el cambio: disfrutar del cambio y explorar otras opciones.
-Agilidad para obtener resultados: trabajar de manera eficiente para alcanzar objetivos.
Debemos conocer nuestro propio estilo para maximizar nuestro desarrollo. Hoy en día, existen herramientas gamificadas basadas en neuropsicología que nos permiten identificar nuestras capacidades cognitivas de manera más precisa. Estos autodiagnósticos no solo son accesibles, sino que también son una forma divertida de entender cómo aprendemos mejor.