La educación, una fuerza transformadora capaz de cambiar el mundo, fue un lema arraigado en la conciencia colectiva durante generaciones. Sin embargo, a pesar de esta noble visión, el sistema educativo luchó por mantenerse a la altura de su promesa. Con la irrupción de la tecnología, parecía que se abría la puerta a una nueva era de aprendizaje, pero ¿qué pasó? El antiguo paradigma persiste, arraigado en modelos centenarios, docentes del siglo pasado y estudiantes del siglo actual.
Esta preocupante continuidad nos lleva a reflexionar sobre una frase que resuena constantemente en este debate: «TODOS APRENDEMOS IGUAL». A pesar del transcurso de décadas, el énfasis sigue recayendo en la transmisión de contenido más que en el proceso educativo en sí. Un testimonio generacional, compartido por individuos de diferentes edades, subraya la necesidad de un cambio profundo en la formación.
Consideremos este llamado de atención: ¿realmente deseamos que las futuras generaciones, como nuestros propios hijos, sigan transitando por este camino? Romper con esta inercia es esencial, y para ello es crucial explorar las distintas etapas evolutivas de la educación.
La Edu 1.0, arraigada en el Conductismo, se caracterizaba por un modelo de transmisión unidireccional: el maestro impartía conocimientos y los estudiantes asimilaban pasivamente. La Edu 2.0, vinculada al Cognitivismo, introdujo la importancia de las experiencias en los programas.
Pero fue la Edu 3.0 la que comenzó a colocar el foco en el estudiante como protagonista, abrazando corrientes como el Constructivismo, el Humanismo, el Sociocultural y la Teoría Crítica. No obstante, estas teorías no lograban integrar plenamente el potencial de la era digital.
Aquí es donde entra en escena la Edu 4.0, una propuesta revolucionaria que se nutre de teorías emergentes. Dos enfoques destacan: el Conectivismo y el Enactivismo. El primero promueve el conocimiento en red, aprovechando plataformas digitales y redes sociales como vehículos para la adquisición de conocimiento. El segundo, el Enactivismo, pone el énfasis en el aprendizaje a través de la acción y la práctica.
No obstante, la transformación va más allá de la mera reestructuración curricular. La Edu 4.0 debe abrazar un paradigma holístico que no solo desarrolle el «SABER CONOCER», sino que también cultive el «SABER HACER», fomentando la experimentación y la aplicación práctica. Sin embargo, su punto álgido radica en el «SABER SER». Aquí, la educación se adentra en la esfera emocional, los valores y la ética. No solo se trata de formar mentes brillantes, sino también de nutrir corazones empáticos y éticos capaces de contribuir positivamente al mundo.
En última instancia, la Edu 4.0 no solo se refiere a la evolución de los métodos de enseñanza, sino a una transformación profunda en la esencia misma de la educación. Romper con la inercia del pasado y abrazar un paradigma que emociona, involucra y nutre a cada individuo es el camino hacia un proceso significativo y duradero. Es el momento de unir esfuerzos para crear un sistema que empodere a las generaciones futuras con la sabiduría, habilidades y valores necesarios para enfrentar los desafíos del mundo moderno y construir un futuro mejor.
Fuente: https://youtu.be/sMggnTeFYr4