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Educación y Democracia: Hablar y Escuchar en el Aula

“Es importante que vivamos una experiencia equilibrada y armoniosa entre hablarle al educando y hablar con él” - Paulo.

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La educación es una parte esencial de nuestra sociedad, y más allá de la transmisión de conocimiento, también desempeña un papel importante en la formación de ciudadanos responsables y críticos. Uno de los aspectos clave en este proceso es la relación entre la autoridad del educador y la democracia en el aula. Vamos a explorar esta idea utilizando la séptima carta de Paulo Freire, un influyente pedagogo brasileño.

Imaginen un aula como un lugar donde se construye el futuro de nuestra sociedad. El educador tiene la responsabilidad de guiar y enseñar a los estudiantes. Esto incluye establecer reglas y límites para un ambiente de aprendizaje efectivo. Sin embargo, también implica algo más profundo: el diálogo y la escucha activa.

En esta reflexión, se destaca la importancia de alternar entre dos formas de comunicación. En ocasiones, el educador debe hablar «a» los estudiantes, estableciendo directrices y expectativas. Esto es necesario para mantener un ambiente de aprendizaje ordenado y enfocado.

Pero aquí es donde entra en juego la democracia en la educación. No se trata solo de hablar «a» los alumnos; también es fundamental hablar «con» ellos. En otras palabras, el diálogo genuino es esencial. Los educadores deben estar dispuestos a escuchar sus pensamientos, sus preguntas y sus preocupaciones.

“Es preciso y hasta urgente que la escuela se vaya transformando en un espacio acogedor y multiplicador de ciertos gustos democráticos como el de escuchar a los otros, ya no por puro favor sino por el deber de respetarlos, así como el gusto de la tolerancia, el del acatamiento de las decisiones tomadas por la mayoría, en el cual no debe faltar sin embargo el derecho del divergente a expresar su contrariedad. El gusto por la pregunta, por la crítica, por el debate. El gusto del respeto hacia la cosa pública que entre nosotros es tratada como algo privado, que se desprecia”, Paulo. 

Este equilibrio entre hablar y escuchar es un reflejo de la democracia en acción. No solo tenemos líderes que toman decisiones sin escuchar a la gente, sino que también tenemos la oportunidad de participar y expresar nuestras opiniones. Del mismo modo, en un curso online, los aprendices deben sentir que sus voces son respetadas.

La reflexión también nos advierte contra el espontaneísmo, que puede parecer como dar completa libertad a los alumnos, pero en realidad, puede llevar al caos. La verdadera libertad se encuentra en un equilibrio entre la autoridad y la participación activa.

La educación no es solo una transmisión de conocimiento, sino una preparación para la vida en una sociedad democrática. Los estudiantes deben aprender a participar en debates, a escuchar a otros y a respetar las opiniones diferentes. Estos son valores fundamentales para una formación saludable.

Por lo tanto, la próxima vez que estemos en un aula, recordemos que la educación es mucho más que libros y exámenes. Es un lugar donde se practica el bien común en su forma más básica: el respeto por la voz de cada individuo. Y a medida que los educadores y alumnos se escuchan mutuamente, estamos construyendo las bases de una sociedad democrática más fuerte y más justa.

Fuente: Séptima carta de Paulo Freire

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