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Aprendizaje Basado en Retos (CBL)

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El aprendizaje basado en retos (CBL) es una metodología activa que fomenta el conocimiento mediante la resolución de problemas reales. Esta dinámica va más allá de las clases magistrales tradicionales, promoviendo un enfoque en el que los alumnos participan en el proceso formativo, enfrentando desafíos que les permiten desarrollar habilidades esenciales para su vida y su futuro profesional.

El CBL es un marco colaborativo que coloca a los aprendices frente a problemas reales en su contexto para motivarlos a encontrar soluciones viables. A diferencia de la enseñanza pasiva, el CBL busca empoderarlos, desarrollando habilidades como la toma de decisiones, el liderazgo, el trabajo en equipo y la gestión emocional. Además, promueve la creación de productos finales que demuestran el proceso educativo, ya sea en formato digital o tangible, con el propósito de resolver situaciones y problemas reales.

Este enfoque integra a estudiantes, docentes, familias y expertos externos, proporcionando una perspectiva amplia y enriquecedora sobre los problemas a resolver. Las preguntas generadoras y los objetivos de cada desafío permiten conectar con temas de impacto en la vida cotidiana y la sociedad, favoreciendo el desarrollo de las habilidades del siglo XXI.

El Origen del CBL

El modelo de CBL se originó en Estados Unidos, específicamente a través del programa educativo Apple Classrooms of Tomorrow Today (ACOT2), implementado en 2008. Este proyecto buscaba definir los principios de un entorno de aprendizaje del siglo XXI, integrando la tecnología como una herramienta esencial en el proceso educativo. Desde entonces, el CBL se ha consolidado como una metodología que vincula la tecnología, la comunicación y el trabajo en equipo.

Antes de aplicar el CBL, es recomendable implementar el aprendizaje basado en proyectos (PBL), una metodología que introduce en dinámicas activas y colaborativas, fomentando la gestión del tiempo, la creatividad y la comunicación efectiva. Este enfoque prepara el camino para que los mismos puedan enfrentar dificultades de mayor complejidad en el CBL, aplicando un aprendizaje integrador que conecta diversos conocimientos y competencias.

Otra metodología complementaria es el Flipped Learning o “clase invertida”, en la cual los estudiantes adquieren conocimientos previos fuera del aula, permitiéndoles aprovechar el tiempo en clase para actividades prácticas y colaborativas. 

El proceso de CBL se desarrolla en varias fases clave:

– Introducción del Reto: En esta fase inicial, se presenta el problema a los estudiantes, diseñando preguntas guía que conecten el desafío con su realidad y despierten su interés. Esta fase es fundamental para establecer la motivación y el compromiso necesarios.

– Investigación: Los estudiantes, guiados por los docentes, profundizan en la investigación del problema, conectando con estándares curriculares y competencias. Este trabajo permite alinear el contenido académico con sus intereses y con el contexto, fomentando una comprensión integral del problema.

– Acción: Una vez obtenidos los conocimientos y habilidades necesarias, los alumnos desarrollan y aplican una solución real para el reto planteado, teniendo la oportunidad de generar un impacto positivo en su entorno. Esta etapa promueve la creación de soluciones diversas y viables, desarrolladas desde distintas perspectivas.

– Reflexión y Documentación: Se basa en documentar la experiencia de manera transparente, utilizando diferentes lenguajes y recursos, como tecnologías digitales y herramientas audiovisuales, para compartir sus logros y conclusiones con la comunidad educativa.

El CBL ofrece múltiples beneficios que van desde el desarrollo de habilidades personales hasta la creación de un impacto tangible en el entorno. Esta metodología no solo permite aprender de forma activa y colaborativa, sino que también les otorga la oportunidad de enfrentar problemas de relevancia local y global.

Además, el uso de la tecnología en el CBL proporciona herramientas poderosas para la investigación y la presentación de soluciones, lo que facilita la innovación y la creatividad en la educación.

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