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 EMPRESARIOS EXITOSOS

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Desde hace tiempo se habló acerca del fenómeno de por qué varios empresarios, sin la preparación académica necesaria, llegaron a poseer grandes fortunas, convirtiéndose en multimillonarios, como es el caso de Steve Jobs, Mark Zuckerberg, Amancio Ortega, Bill Gates, Michel Dell y Richard Branson, entre otros. 

Todos son poseedores de una gran experiencia en el mundo empresarial, fruto de los varios años dedicados a crear y desarrollar sus empresas. Nadie se atreve a dudar que tuvieron la creatividad, la innovación y la persistencia necesarias para convertirse en verdaderos fenómenos, lo cual ha generado un gran número de seguidores alrededor del mundo entero. 

Conozcamos a los empresarios que revolucionaron con constancia, innovación y determinación, para aprender de ellos y encontrar el empuje necesario para perseguir nuestros propios sueños.

En la España de la posguerra, Amancio Ortega, de 13 años, presenció cómo en una tienda de barrio le negaban un crédito a su mamá. Este hecho lo marcó tanto que se juró a sí mismo que su familia nunca pasaría hambre. Hoy, con 76 años, es el tercer hombre más rico del planeta, detrás de Carlos Slim y Bill Gates. Su fortuna es producto de su conglomerado textil Inditex, que reúne marcas tan reconocidas como Zara, Pull&Bear, Massimo Dutti, Bershka, Stradivarius, Oysho y Uterqüe. 

El grupo cuenta con 5.693 tiendas en 85 países y registra ventas anuales por más de 17.947 millones de dólares. En 2012, la fortuna de Ortega creció en 22.200 millones de dólares, un 38,6%, llevándolo a ser el millonario que más incrementó su capital durante ese año en el mundo, según lo reportó la agencia de noticias económicas Bloomberg. Para Amancio Ortega, el hecho de haber presenciado cómo le negaban un préstamo a un familiar, desató toda su capacidad creativa… 

Él es una persona con carácter, que impone una forma de trabajar no autoritaria, pero sí muy clara. Es directo, abierto e interesado por la actualidad económica y social que le rodea. Amancio Ortega es un gran curioso, un hombre muy observador. 

Cuando iba en un coche recorriendo La Coruña, vio a un joven que circulaba en una motocicleta con una chaqueta de piel con insignias metálicas. Le gustó. Pensó que era trendy y llamó a los diseñadores para que crearan una chaqueta parecida y la colocaran en las tiendas de Zara en todo el mundo. Zara necesita crear tendencias y, para ello, no solo tiene a las tiendas como punto de conexión con sus clientes, sino también a un “ejército” de observadores en todo el mundo para captar tendencias y preferencias de moda en el mercado y luego crear las suyas. 

Pese a que era un niño y estaba estudiando, decidió encontrar un trabajo como repartidor en una camisería en La Coruña y así fue formándose en la distribución del textil a medida. De ahí que más adelante adoptara y aplicara en Zara la idea de que el centro del negocio debe ser el cliente, sin imponerle dos colecciones al año y atendiendo a lo que esté en demanda en el punto de venta. El grupo Inditex produce 900 millones de prendas al año. Se recolocan en las tiendas y se van rotando en función de las ventas y del stock. Luego, vuelven a utilizarse los tejidos para otras marcas, como Lefties, la low cost (bajo costo) de Zara.

El nombre Zara proviene de una inspiración de la película Zorba el griego, protagonizada, en 1962, por Anthony Quinn. Era sobre un hombre que navegaba por Grecia contra viento y marea movido por la ilusión y la esperanza de un mundo mejor. Ortega fue a registrar el nombre de Zorba pero, como ya existía, registró el de Zara; él siempre había defendido la potencia de dos letras como la a y la z, que empiezan y acaban el abecedario. 

RICHARD BRANSON

Este magnate de la música, la telefonía y el transporte aéreo es propietario de más de 400 empresas y la quinta persona más rica del Reino Unido. Además, ocupa el puesto 254 en la última lista de millonarios publicada por la revista Forbes. No está nada mal para un chico que apenas podía leer a los ocho a años por su dislexia y al que sus profesores le auguraban un futuro de lo más negro. Lo cierto es que las notas de Branson en el colegio eran un desastre. Hacían perder la cabeza a su padre, un famoso abogado londinense acostumbrado a la excelencia escolar. Sin embargo, el entonces empresario no tenía dudas de que su habilidad en los deportes y su capacidad para las relaciones públicas le harían llegar lejos. Los resultados académicos de Branson no eran los mejores, pero a cambio de esto tenía unas excelentes relaciones públicas…

El primer triunfo no tardó en llegar. A los 16 años, Branson fundó su primer negocio, la revista Student. Con ella ganó algo de dinero y decidió invertirlo en su siguiente aventura comercial: una compañía de venta de discos por correo. Dos años después, fundó la cadena de tiendas de discos Virgin Records, con un rotundo éxito de ventas que no tardaron en convertirse en Virgin Megastores. 

El nombre de Virgin lo sugirió uno de los empleados de Branson, aludiendo a que todos los que trabajaban en la compañía “éramos vírgenes en el negocio, y quién sabe si en alguna otra cosa más”, bromeaba el empresario británico en una entrevista emitida por la cadena de televisión Bloomberg TV. 

Branson tuvo que estar en la cárcel a los cinco meses de abrir su primera tienda de discos. Le condenaron por evasión de impuestos y debía pagar una multa de más de 100.000 euros. Como no tenía suficiente dinero, pensó que lanzar un sello musical le ayudaría a recaudar lo suficiente como para hacer frente al pago. No se equivocó. A los 23 años, Branson ya tenía una cuenta corriente con más de nueve ceros, vivía en su propia isla y era compañero de juergas de los Rolling Stone o los Sex Pistols. 

A mediados de los 80, decidió apostar por hacer negocio con otra de sus grandes pasiones: los viajes. Se presentó en las oficinas de la compañía aeronáutica Boeing y les pidió prestado un avión, un 747. Así nació Virgin Atlantic Airways, que dos décadas después opera en casi todos los principales aeropuertos internacionales. 

La próxima apuesta comercial de Virgin serán los combustibles. El empresario británico, muy implicado en causas como la lucha contra el cambio climático, planea lanzar al mercado en los próximos años una gasolina low cost, a la vez que sostenible, que permita reducir el impacto del alza del petróleo y del efecto de las emisiones de CO2 en la atmósfera. 

Para promocionar todas y cada una de sus, en ocasiones alocadas, iniciativas empresariales, Branson no ha dudado en arriesgar incluso su propia vida. En dos ocasiones, estuvo a punto de fallecer al perder el control de su globo aerostático mientras trataba de cruzar el Atlántico para promocionar su compañía aérea. En otra ocasión, aterrizó en el Ártico, en medio de una tormenta de nieve. Pero siempre ha podido ser rescatado, contar su historia y recoger los beneficios. 

Es de esos empresarios que muestra unas constantes ganas de superación no solo en los negocios, sino en su vida personal, la cual está llena de apasionantes retos. Y es que entre los consejos de Richard Branson se encuentra el fijarte constantes retos y disfrutar de la vida al máximo. 

La filosofía de Branson es contratar a los mejores para de esa forma tener el negocio en buenas manos, por lo que dirige sus empresas o bien desde su barco privado o bien desde Necker Island, una isla que compró en las Islas Vírgenes por 180.000 dólares en la década de los 70 y que ahora está valorada en más de 60 millones. Asegura que allí tiene su oficina, y es donde suele reunirse para hacer negocios. 

En 2010, corrió la maratón de Londres en 5 horas y 2 minutos. Cada vez que tiene oportunidad participa en carreras de ciclismo, escalada, alpinismo y submarinismo. Si le pones un reto, Branson lo intentará. 

Es uno de esos empresarios que motiva a los emprendedores a organizar bien la empresa de forma que tener tu propio negocio no sea una carga, sino una gran liberación para hacer todo aquello que te apasiona, incluido el hacer negocios en tu isla privada.

Mark Zuckerberg

Mark Zuckerberg, cofundador de la red social Facebook, que suma más de 900 millones de usuarios registrados en el mundo, es uno de los gigantes mundiales de internet antes de alcanzar los 30 años, y ya figura entre las leyendas de Silicon Valley59. “La fortuna sonríe a los audaces”, la famosa frase de Virgilio citada en su página personal, parece reflejar fielmente a un hombre que lanzó su compañía cuando sólo contaba con 19 años y que nunca consideró dejar las riendas. 

Zuckerberg ya forma parte de los hombres más ricos del mundo y su empresa vale unos 100.000 millones de dólares, según estimaciones en función del valor de ingreso de sus acciones en Bolsa. 

Estaba todavía en secundaria cuando Microsoft y AOL le propusieron comprar le una de sus creaciones, un programa que permitía adivinar los deseos musicales de sus escuchas, al estilo del sistema Genius lanzado por Apple para su tienda en línea iTunes. Sin embargo, rechazó la propuesta y entró en Harvard, la universidad más prestigiosa de Estados Unidos, a la edad de 18 años. En su segundo año lanzó Facebook, “una producción Mark Zuckerberg”, en ese momento esencialmente un directorio de estudiantes en línea. “Hacer que el mundo esté más conectado” sería la definición del sitio web que Zuckerberg utilizaría por primera vez en su página personal, con fecha de 4 de febrero de 2004. 

A diferencia de los creadores de Google, Larry Page y Sergey Brin, que ofrecieron el puesto de director general de la compañía a Eric Schmidt, Zuckerberg jamás soltó las riendas, incluso a pesar de haberse rodeado de altos cargos experimentados, en particular la directora de explotación Sheryl Sandberg, contratada cuando se encontraba trabajando en Google en 2008.

En pocos años, ha pasado de ser un ciudadano anónimo a un multimillonario que busca conectar a todo el planeta gracias a una red social, Facebook, que cuenta con más de 1.300 millones de usuarios en todo el mundo. Y subiendo. 

Estos casos destacan cómo la combinación de visión, adaptabilidad y acción ha sido crucial para el éxito de estos empresarios, desafiando las normas establecidas y sugiriendo que la educación tradicional, aunque valiosa, no es el único camino hacia el éxito empresarial.

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