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Trabajo en equipo: una clave para la educación moderna

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Implementar una metodología de enseñanza basada en itinerarios individualizados no solo requiere creatividad e innovación, sino también un sólido trabajo en equipo entre formadores. 

La colaboración permite construir actividades más enriquecedoras y efectivas, optimizando tanto el tiempo como el esfuerzo de cada profesor.

El valor del trabajo en equipo entre formadores

Cuando los profesores trabajan juntos, cada uno puede concentrarse en diseñar dos o tres actividades específicas, aprovechando su experiencia y habilidades. Esto no solo reduce la carga laboral total, sino que también mejora la calidad de las actividades diseñadas. Al enfocarse en los temas que dominan, los profesores logran ofrecer lecciones más completas y atractivas para los estudiantes.

Este enfoque colaborativo permite a los docentes dedicar menos horas en comparación con un trabajo individual, minimizando la carga emocional y favoreciendo la motivación personal. Además, los aprendices obtienen beneficios significativos, ya que reciben formación de profesores especialistas en las áreas que están aprendiendo.

La tecnología como aliada del aprendizaje

En este modelo, la tecnología no reemplaza al profesor, sino que lo apoya para gestionar un mayor número de alumnos y tareas sin sacrificar la excelencia. Algunos de los sistemas que facilitan este trabajo incluyen:

-Asistencia a la tutoría: Foros de consulta, listas de preguntas frecuentes, bots automáticos y sistemas semiautomáticos para gestionar el correo.

-Analíticas de aprendizaje: Herramientas que evalúan la participación, contribuciones y calidad de las tareas, proporcionando retroalimentación detallada.

-Distribución de información: Grabaciones de video, laboratorios virtuales y recursos en línea como documentos, simuladores y presentaciones.

-Evaluación: Automatización para la corrección de tareas que mejora la uniformidad de las evaluaciones, además de personalizar el retorno formativo para cada uno. 

Un cambio en la dinámica docente

En lugar de las clases magistrales tradicionales, este sistema se centra en actividades prácticas guiadas por el profesor, con opciones como sesiones sincrónicas, dinámicas de grupo, entrevistas personales o conferencias. Esto fomenta la participación activa de los y facilita su aprendizaje.

Por ejemplo, un profesor tradicional puede enfrentarse a corregir 350 trabajos de ocho temas diferentes. En este modelo, el número de tareas aumenta a 400, pero todas están concentradas en dos temas específicos. Gracias a algunas TICS, el tiempo dedicado a la evaluación se reduce y los procesos son más homogéneos y personalizados.

El impacto en los alumnos y formadores

La implementación de este sistema no solo optimiza el horario y esfuerzo de los docentes, sino que también mejora la experiencia de aprendizaje de los estudiantes. Al trabajar en equipo y aprovechar la IA, se garantiza una formación más especializada, efectiva y ajustada a las necesidades de cada alumno.

En conclusión, la educación moderna necesita un cambio de paradigma donde la colaboración y la tecnología sean pilares fundamentales para lograr experiencias de aprendizaje significativas y sostenibles.

Fuente: García Raboso, C. Rosa Sánchez, J. M. D. L. y Rodríguez Martínez, A. (2021). Aula virtual o cómo plantear las clases a distancia y no morir en el intento: ( ed.). Madrid.

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