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La Persistencia: el pilar del éxito

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En el viaje hacia el éxito, hay un ingrediente secreto que es más valioso de lo que se suele creer: la persistencia.

Muchos atestiguan los beneficios de la consistencia en la búsqueda del éxito.

La clave radica en persistir. Si continúas apareciendo y haciendo el trabajo, eventualmente te volverás hábil en ello. Si inviertes horas en práctica enfocada, es casi inevitable que logres algún nivel de éxito en tu campo.

La consistencia se vuelve más sencilla una vez que construyes cierto impulso. Cuando te acostumbras a ejercitarte tres veces por semana, por ejemplo, resulta más fácil mantener ese ritmo. El «piloto automático» se activa.

Pero la vida suele interponer obstáculos:

– Vacaciones

– Eventos divertidos planeados

– Enfermedades o lesiones

– Otros compromisos importantes

Caerse del camino es inevitable. La persistencia es cómo te reincorporas. Se trata de retomar un hábito beneficioso (aunque difícil) que quedó olvidado por un tiempo.

Si abandonas un hábito desafiante, es sencillo que un hábito más fácil tome su lugar.

Es entonces cuando la persistencia se vuelve crucial. Si dejas de ejercitarte una o dos semanas, acepta esa pérdida y sigue adelante. Vuelve a comenzar.

Es muy fácil pensar: «Perdí tres semanas de práctica, ¿para qué seguir?». Pero son solo tres semanas, insignificantes en comparación con el progreso que alcanzarás tras 300 semanas de práctica constante.

Sir David Attenborough describe cómo los bosquimanos San utilizan la caza persistente para perseguir un kudu. Perseguir incansablemente a la presa, a pesar de los contratiempos, hasta que colapsa de agotamiento es una metáfora (un poco oscura) para perseguir tus objetivos. Sigue adelante, aférrate a ello, hasta que tu propia «presa» se rinda y te conceda lo que deseas.

Sin embargo, la única forma de llegar a ese punto es volver a intentarlo, retomar el camino.

Continuar tu curso de acción a pesar de las dificultades es resultado de entrenarte para hacer algo de manera controlada y habitual. Gran parte de eso radica en la forma en que piensas.

Cambiar tu mentalidad de «esto es un revés devastador» a «esto es sólo otro obstáculo en el camino» puede marcar la diferencia.

Otra forma de mantener la persistencia es recordarte visualmente lo que quieres lograr.

Si lo primero que ves al despertar es tu atuendo de ejercicio listo desde la noche anterior, será más fácil ejercitarte. El atuendo está allí, listo para usar, y es sencillo decidir ponértelo y salir a correr, por ejemplo.

Fomentar buenos hábitos facilita la persistencia, lo que a su vez hace más sencillo ser constante, y esto, a su vez, te acerca más a tus metas.

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