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COMUNICACIÓN INTERPERSONAL 

La comunicación interpersonal es necesaria en el día a día, tanto en el ámbito personal como en el profesional, pero no siempre logramos transmitir lo que queremos, a veces se malinterpretan las palabras o incluso la falta de entendimiento nos lleva en ocasiones a un enfrentamiento dialéctico.

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Cuando te sumerges en la conversación, la clave es ajustarse a las corrientes del diálogo, adaptarse a su curso en lugar de esperar que el otro se ajuste a ti. Es como ser un malabarista del entendimiento, equilibrando el peso de tus palabras con la receptividad hacia el feedback que recibes.

Su arte reside en tu capacidad para moldear el mensaje de manera que resuene. La responsabilidad recae en ti; es tu tarea asegurarte de que el mensaje atraviese las barreras de la subjetividad y se arraigue en el entendimiento compartido. Culpar a quien escucha por no entender es una trampa fácil, como el terapeuta que culpa a su paciente por no avanzar en la terapia.

Convertirse en un maestro de la adaptación significa no solo estar abierto a replantear tus ideas, sino también a ajustar el tono, la forma y el contenido para que se ajusten a la sintonía de quien te escucha. 

El enfoque rogeriano

Rogers promovió una visión optimista del ser humano, enfocándose en el potencial inherente a cada individuo. Su enfoque, centrado en la gente, destaca la calidad de la relación entre el terapeuta y el cliente, buscando facilitar un ambiente de crecimiento.

La base de este se sustenta en tres elementos fundamentales:

– En primer lugar, la empatía juega un papel esencial. Es el arte de comprender genuinamente la perspectiva del otro, desde su marco de referencia, sin imponer la visión del emisor. Esta habilidad de escucha activa sienta las bases para una conexión auténtica.

– La congruencia, el segundo elemento, implica una autenticidad total por parte del orador. Es el acto de mostrar un compromiso sincero y un interés genuino en el punto de vista del otro. Este nivel de autenticidad permite a la contraparte sentirse segura y participar plenamente en el intercambio.

– El tercer elemento, el no juicio, es clave. Implica aceptar plenamente al otro, sin imponer juicios morales o sociales. Es adaptarse al otro sin emitir valoraciones.

Pace and lead, el principio de Milton Erickson

Milton Erickson, el visionario psiquiatra y psicólogo, dejó una huella indeleble en la psicoterapia y en el arte de la comunicación. Su enfoque revolucionario de la hipnosis y la terapia se centró en la adaptación individualizada a cada paciente. Uno de sus principios clave, «Pace and Lead» (Acompañar y Guíar), ilustra la importancia de sintonizar con el otro antes de guiarlo hacia nuevas ideas o perspectivas.

Una anécdota sobre su hijo Robert ejemplifica este principio. A pesar de la gravedad de la situación cuando su niño se lastimó, Erickson no lo consoló de inmediato. En cambio, aprovechó un momento cuando el niño tomó aliento para expresar con empatía lo que el niño estaba experimentando. Esta estrategia, aunque parecía contraintuitiva, estableció un vínculo de entendimiento entre ambos. 

Erickson afirmó: «Mi hijo sabía que estaba completamente de acuerdo con él, y eso me otorgó su respeto». Reconoció y ratificó la experiencia del joven antes de ofrecer cualquier sugerencia. 

No impongas tus ideas o expectativas a alguien sin haber establecido primero un puente de confianza. Él entendió la necesidad de conocer la experiencia de su hijo y luego ofrecer sugerencias en sintonía con las necesidades y deseos del niño.

El «Pace and Lead» de Erickson resalta la importancia de establecer este vínculo antes de intentar dirigir la conversación o influir en la perspectiva del otro. Es una práctica que combina el respeto y la empatía como base. 

PNL: Un mapa no es el territorio

La Programación Neurolingüística (PNL) se basa en adaptarse a la estructura de los procesos mentales. Parte de esta filosofía es la idea de «Un mapa no es el territorio», tomada de Alfred Korzybski, que subraya la diferencia entre la realidad objetiva y la percepción subjetiva de esa realidad.

En la PNL, se trabaja con conceptos como ‘creencias’ y ‘valores’. Estos se forman a lo largo de nuestras vidas a partir de nuestras experiencias y nos ayudan a dar sentido al mundo que nos rodea. Las conclusiones que extraemos de estas experiencias moldean nuestra visión, creando un mapa interno único. Sin embargo, este mapa es una representación, no la realidad misma.

Las creencias, arraigadas en nuestras experiencias, moldean significativamente nuestra forma de ver y actuar. Por ejemplo, alguien criado en un entorno de escasez suele pensar que el universo es un lugar difícil y que la lucha es necesaria para sobrevivir. Esto influiría en sus elecciones, como trabajar duro, ahorrar y asegurar la estabilidad financiera de su familia.

Definiendo las creencias

El ejemplo de la secta apocalíptica liderada por la señorita Keech es un claro caso de cómo las creencias arraigadas se resisten incluso ante la evidencia que las contradice. Este fenómeno se conoce como ‘reducción de la disonancia cognitiva’, que describe el malestar psicológico que experimentamos cuando lo que pensamos se ve desafiado por hechos o información contraria.

La disonancia cognitiva nos empuja a buscar reducir este malestar, a menudo aferrándonos aún más a nuestro ser, en lugar de modificarlas, especialmente si estamos profundamente comprometidos con ellas. 

Cambiar algo arraigado es más complicado que aprender algo nuevo, ya que implica desestabilizar un modelo mental existente, lo cual requiere más esfuerzo y energía. Esto nos lleva a un punto importante: no se cambia las creencias de alguien solo con palabras. 

Éstas, en general, nos ayudan a dar sentido a nuestro entorno, respondiendo al “por qué” de las cosas. No solo se refieren al ámbito religioso, sino también a una multitud de convicciones sobre diversos aspectos de la vida. 

La verdad o falsedad de algo no siempre es relevante. Lo importante es cómo eso afecta subjetivamente la forma en que tu interlocutor recibe tu mensaje. Intentar elogiar a alguien que no se siente atractivo o convencer a alguien que está convencido de que su plato está malo, son ejemplos que muestran esto. 

Los sistemas de valores

Los valores son como brújulas internas que guían nuestras acciones y percepciones diarias. Cada uno tiene su propio sistema, que se traduce en cómo interpretamos y damos significado a las experiencias a través de lo que se conoce en la PNL como ‘equivalencias concretas’, son hechos, acciones o comportamientos que respetan o no eso.

Imagina dos empleados con valores distintos: uno valora la eficacia en el trabajo mientras que el otro valora la convivencia y el ambiente social. Si conversan sobre un colega que dedica mucho tiempo a socializar en lugar de trabajar, tendrán opiniones contrarias. Uno podría verlo como holgazanería, mientras que el otro apreciará su contribución a un ambiente agradable en la empresa. 

En la PNL, una manera sutil de identificar los valores es preguntar estratégicamente «¿Por qué es importante para ti?». Sin embargo, hacer esta pregunta de forma reiterativa es irritante o parece condescendiente. La clave está en utilizarla con sutileza para entender mejor la perspectiva del otro sin hacerle sentir que se le cuestiona o menosprecia. 

EL concepto de meta programas

Los metaprogramas en PNL son filtros mentales que ayudan a comprender cómo las personas perciben y procesan la información. Al reconocer estos filtros, mejora significativamente la comunicación. Están divididos en tres categorías principales: selecciones, operadores y funciones.

Comencemos con las selecciones, que son maneras de enfocar, cortar y clasificar el mundo en nuestra mente. Nos centraremos en las selecciones primarias, las cuales se refieren a dónde están las focalizaciones que damos a eventos y experiencias.

Por ejemplo, si hablas sobre una situación y te enfocas en proporcionar detalles, datos e información, pero la otra persona está más interesada en los involucrados y cómo se relacionan entre sí, puede que no haya una conexión fructífera. Es como si hablaran diferentes idiomas mentales.

Si sabes que el otro se centra en la gente, al hablar sobre una situación, enfócate más en los aspectos sociales o emocionales para captar su interés.

Recuerda que estos metaprogramas no son reglas rígidas y uniformes, sino más bien orientaciones que varían en cada uno. Con el tiempo y la práctica, podrás identificar patrones y ajustar tus palabras de manera más fluida.

Los otros meta programas

Los metaprogramas en PNL, especialmente los operadores y las funciones, revelan reglas inconscientes que aplicamos a nuestras experiencias y toma de decisiones.

Algunos se sienten motivados hacia sus objetivos, mientras que otros se impulsan más por evitar situaciones no deseadas. 

Los ‘operadores modales’ como las posibilidades y las necesidades indican cómo una persona reacciona ante una afirmación. Algunos responden mejor a posibilidades y oportunidades, mientras que otros se sienten más motivados por las necesidades o imperativos.

Luego, están las funciones que nos guían en la toma de decisiones. Por ejemplo, la ‘selección de uno mismo’ o ‘selección de los otros’ señala si alguien se centra más en criterios suyos o en la influencia y opiniones de los demás al tomar decisiones. 

Un metaprograma importante es la ‘estructura de acuerdo y desacuerdo’. Algunos tienden a mostrar acuerdo fácilmente, centrándose en las ventajas y usando un lenguaje afirmativo. Otras tienen una estructura de desacuerdo, donde señalan los problemas y hacen preguntas críticas. 

Por ejemplo, si estás frente a alguien con una estructura de desacuerdo, expresar una opinión positiva no será efectivo. Es más útil utilizar negaciones que provengan de contraejemplos o riesgos para ser más convincente. 

Al final, no es tan crucial saber si estas categorías tienen una base científica precisa. Lo esencial es reconocer cómo estas diferencias en los proyectos de sentido nos permiten adaptarnos mejor a los demás.

Fuente: 

– Formación online. Rudi Bruchez y Elena Compte Tordesillas.

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